lunes, 10 de agosto de 2009

Cadáver Exquisito


La lluvia aparece inesperada.
El agua limpia los coches.

Los poetas hacen metáforas tristes.
Hacen mentiras bellas,

piadosas verdades a medias
susurradas a oscuras.


El vientre no era fértil.

Estaba hueco desde hacía tiempo

dado que él se marchó aquella tarde.
Ya todo es diferente,

pero en esencia

todo sigue siendo igual.


Pero la cotidianeidad no es monotonía,
sino calor de hogar y pureza

entre tus manos, amor, entre tus manos.

Y en las mías, mi amor, en las mías,

que es donde escondo las curvas de tu cuerpo,

mi amor. Por eso las cierrro y las pego al mío.


Las dejo ahí, como si fuesen manos

entrelazadas, como si fueran piezas
de un puzzle
que sigue haciéndose....

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